viernes, 16 de mayo de 2014

ÚLTIMO INVIERNO




El gélido viento clava en mi cara sus colmillos.
Hiere el invierno en el costado: hace frío
y huele a soledad, a macilento azul, a deshilado olvido.

Nada se oye. Sólo el metálico crujir
del suelo en el camino o el agónico ulular
del animal extrañado en el portal vacío.

Nadie nos ve, los árboles están dormidos.
La tarde nos pertenece pero, por favor,
guarda las manos en los bolsillos.

Hace rato que pasaron las cornejas,
las sombras se han detenido.
¿Dónde está la flor del estramonio?
Su espinado fruto, ¿por qué lo he perdido?
Prueba sin prisa su narcótico elixir,
y en este postrero invierno, llévame contigo

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