-
¿Qué haces?
-
Espero que me arrastre la noche
para
vaciarme,
para
impulsar la sonda
hacia
el leve latido,
para
remover las ondulaciones
y
restañar las heridas
del
espinar sangrante.
-
La noche de agosto está llamando:
¿qué
haces?
-
Espero que no me reconozca
cuando
pase a mi lado,
que
no me humille si
le
pido un gozne prestado
para
abrir el postigo
de
mi lado más amargo;
que
no provoque, en fin,
mi
orgullo resentido.
-
La noche ya ha pasado:
¿qué
haces?
-
Esperar la luna de otoño
que
llueve hojas pardas,
que
agita los lirios
de
una rapsodia de tul
en
un lamento extraño.
-
¿Siempre esperas?
- Siempre. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario