lunes, 19 de mayo de 2014

A ESA MUJER LOS OJOS




A esa mujer los ojos no le caben en la cara.
Son negros, profundos, inmensos,
abundantes como el agua.

                                      Ojos suaves
de mirada lenta, serena y clara.

                                               Mirarlos
es sumergirse en un apacible mar en calma,
que cautiva, que te envuelve y que te lleva
a ignotas presencias, a experiencias extrañas.

                                               Te miran
y un escalofrío te impele a desviar la mirada,
con magnética tensión, con resistencia vana.

                                               Imaginarlos
es velar su tez morena, su perfil de avellana,
su nariz menuda y firme, su boca grana.

A aquella mujer los ojos no le cabían en la cara.

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