Una pizca de sal en el bolsillo
Para
que ría la niña,
Para
que brille un suspiro.
Una
hoja de laurel, una ramita de olivo
Para
que el pájaro engarce
Su
fantasía en el nido.
Una
punta de pimienta: ¡Qué contento baja el río!
Entre
tus dedos se escapa
El
inquieto pececillo.
Unas
briznas de azafrán y todo se hace amarillo
Entre
los trigos se escucha
El cálido canto del mirlo.
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