Una y otra
vez tu impenetrable lamento
Lánguido
rumor de ocasiones aplazadas,
Tiene la
inocencia herida por aguijones que nutren
Instantes
escurridizos en sus tenues acentos.
Morirá
contigo, en tu dolor, la verdad cuestionada
Olvidada por
los falsos monarcas del momento.
Inunda con
tu llanto este páramo de impostura
Navega hacia
el sur por el vértigo oscuro,
Vacíos
cantos oirás mezclados con la espuma
Insuficientes
para
torcer tu voluntad y tu rumbo.
Entre la
salvia que esconde la infantil travesura
Ríe el
enano, muge el toro y aletea el mirlo.
No hables
más. Calla. No te preocupes, que
Ofión, en otra primavera, concluirá su mítico destino.
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